Frutas y verduras, del campo a la mesa.
Cada vez más gente toma consciencia de que los productos animales deben manipularse cuidadosamente, aunque no consideran que las frutas y verduras también pueden ocasionar brotes de enfermedades transmitidas por alimentos.
Según recuerda la Agencia de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN),
“en el medio ambiente —suelo, polvo, agua de riego…— puede haber microorganismos patógenos y elementos químicos que en ocasiones pueden contaminar las frutas y verduras”.
Las frutas y verduras frescas pueden contaminarse por bacterias o virus dañinos, a los que también se les conoce como patógenos.
Esta contaminación puede ocurrir en cualquier punto desde el campo hasta en la mesa.
Ejemplos de patógenos incluyen Salmonella, E. coli , Listeria y Hepatitis A.
Los síntomas comunes de enfermedades alimenticias incluyen náusea, vómitos, diarrea, dolores de cabeza y fiebre y suele aparecer entre 12 y 72 horas.
¿Cómo se contaminan?
Los productos frescos pueden estar contaminados de muchas maneras. Durante la etapa de crecimiento, las frutas y verduras pueden contaminarse con la tierra, agua o el fertilizante.
Después de la cosecha, pasan por muchas manos y se incrementa el riesgo de contaminación.
La contaminación también puede ocurrir cuando el producto ya ha sido comprado, durante la preparación de los alimentos e incluso debido a un mal almacenamiento.
Con tantas fuentes de contaminación que puede ocurrir, es muy importante preparar de manera segura los productos frescos antes de consumirlos.
La FDA, U.S. Food and Drug Administration, explica que se debe escoger productos que no estén golpeados o dañados y asegurarse que los productos envasados como bolsas de lechuga o trozos de sandía, estén refrigerados en la tienda y en el hogar.
Según el Centro Nacional de Información de Pesticidas (NPIC) de los EU.
“El lavar la fruta o verdura bajo el agua corriente quita más residuos que simplemente remojarlos en un recipiente.
Los residuos de pesticidas se pegan mejor a las frutas que tienen cáscaras cerosas o cáscaras suaves.
Además, si los alimentos han sido tratados con parafinas o ceras, es posible que algunos residuos de pesticidas queden atrapados debajo de estas sustancias.”
¿Cómo limpio la fruta y la verdura?
1.- Para manipular alimentos primero hay que lavarse las manos, y asegurarse de tener limpios los utensilios y área de cocina.
2.- Lavar los productos frescos.
Para prevenir la putrefacción o el crecimiento de moho durante el almacenamiento, es mejor lavar las frutas y verduras frescas inmediatamente antes de prepararlas.
Es aconsejable lavar todas las frutas y verduras enteras antes de prepararlas, aunque la corteza o la cáscara no vayan a comerse.
Esto previene que los patógenos se transfieran de la cáscara o corteza hacia dentro de las frutas o verduras al cortar las mismas.
Lavar las frutas y verduras en agua limpia que cae del grifo sobre el fregadero limpio.
Las frutas y verduras frescas no deben ser sumergidas en agua. No use detergentes, jabones o cloro para lavar los productos frescos. Estos productos pueden cambiarles el sabor y ser tóxicos
La mejor forma de limpiar las frutas y verduras es restregar suavemente con las manos para soltar la tierra.
También es aconsejable separar y tirar las hojas exteriores, si tuviera, antes de lavarlos.
Para lavar bayas, perejil y hojas verdes, la mejor forma es en un colador limpio y suavemente agitar el producto bajo el chorro de agua que cae del grifo.
Ceras para frutas y verduras.
Algunas frutas y verduras pueden tener unas cubiertas de cera para mantenerlas frescas, para protegerlas de golpes y para prevenir el crecimiento de moho. Las ceras también hacen que las frutas y verduras se vean más atractivas.
Lavar el producto fresco con agua puede que no elimine la cera, pero no se debe usar jabón para lavar los productos frescos.
Es preferible quitar la cáscara encerada antes de comerse la fruta, o comprar fruta que no esté encerada.
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